2019: las voces de los pueblos ante los megaproyectos

Desde nuestra oficina regional de la Rosa Luxemburg Stiftung, a través de la área de proyectos para México, este 2019 hemos apoyado un par de proyectos centrados en visibilizar la voz de los pueblos de forma creativa, desde un periodismo independiente y desde abajo, frente a, al menos, tres megaproyectos actuales: el Tren Maya, el Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec y el Proyecto Integral Morelos. De ellos, surgen las voces de zapotecas, ikoots, zoques del Istmo, que abarca Veracruz y Oaxaca; nahuas de Morelos, Puebla y Tlaxcala y diversas comunidades rurales y urbanas a lo largo de 1,500 km a través de los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Voces importantes que han sido convertidas en una serie radiofónica Resistir en el Istmo. Corredor de aire, agua y vida, realizado por La Coperacha y en el reportaje multimedia Derecho de réplica. Hablan los pueblos, a cargo de Desinformémonos.

El conjunto de testimonios agrupados en ambos proyectos coinciden en llamar a los distintos órdenes de gobierno y a la población en general para que identifiquen lo que estas iniciativas implican e implicarán para su historia, su territorio y su destino, a través de diversos productos comunicativos —videos, cápsulas radiofónicas, fotoreportajes, reportajes—.  En estos trabajos las narrativas no expresan los mensajes hegemónicos sobre desarrollo, medio ambiente y territorio, sino que se convierten en medios para las comunidades y organizaciones que no cuentan con los recursos para ser escuchados. No tratan meramente de difundir, sino de informar y aportar elementos al análisis y a la construcción de alternativas.

Como dijo alguna vez el recientemente fallecido Miguel León-Portilla, gran historiador mexicano muy vinculado al rescate del pasado indígena: “La historia no es un lujo sino una necesidad”. Esa “necesidad” y urgencia es una apuesta desde nuestra oficina —a veces resuelta desde los medios libres, la apuesta a fortalecer el cooperativismo o el seguimento a las luchas por el territorio—, por forjar su historia y su destino. Es una escritura que no ha cesado y, por el contrario, se reactiva cada que la idea de progreso —impuesta en sentido contrario al de naturaleza— justifica la ocupación de sus territorios, por medio de la imposición de megaproyectos y proyectos de desarrollo estatales y empresariales.

Por ello, les invitamos a acercarse a ambos proyectos y llevarlos al análisis y el debate, ahí donde quizá la pregunta central es: ¿desarrollo para quién y a costa de qué? Sirvan esto materiales para seguir construyendo reflexiones desde las izquierdas, en un sexenio que, además está conformado por otros grandes proyectos, como la Zona Libre de la Frontera Norte y el Autosuficiencia alimentaria y rescate del campo, más el todavía pendiente Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” en Santa Lucía.  

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